Cada noche nos vamos a dormir pensando en qué nos esperara mañana, pero nunca pensamos qué nos esperara esa noche en nuestros sueños.
Todos los días, en la madrugada, hay personas despiertas aprovechando cada segundo de una u otra manera mientras que otras simplemente duermen aunque eso no significa que su mente se apague junto a su cuerpo.
Se pueden entender los sueños como el reflejo de nuestros miedos, nuestras ganas de vivir o morir, como el deseo de llorar o reír, de amar o ser amado, a veces incluso nos enseñan aquello que despiertos nos negamos a creer.
Existen sueños de los que no queremos despertar, aquellos en los cuales tienes el valor de hacer todo lo que quieres y sale bien. Cuanto desearías que se hiciera realidad, pero muchas veces somos demasiado cobardes para intentarlo.
Otros son solo sueños.
Todos los días, en la madrugada, hay personas despiertas aprovechando cada segundo de una u otra manera mientras que otras simplemente duermen aunque eso no significa que su mente se apague junto a su cuerpo.
Se pueden entender los sueños como el reflejo de nuestros miedos, nuestras ganas de vivir o morir, como el deseo de llorar o reír, de amar o ser amado, a veces incluso nos enseñan aquello que despiertos nos negamos a creer.
Existen sueños de los que no queremos despertar, aquellos en los cuales tienes el valor de hacer todo lo que quieres y sale bien. Cuanto desearías que se hiciera realidad, pero muchas veces somos demasiado cobardes para intentarlo.
Otros son solo sueños.
